miércoles, 2 de octubre de 2013

Poema: 'Aquella mañana'


Empezó una mañana.
Sin fuerzas.
Mientras lo llamaban por teléfono.
Mientras pedía una margarina al Telepizza.
Mientras lo tachaban de vendido
-era su conciencia-.
Mientras hablaba con sus muertos
y una suave brisa enlazaba la melena
de la tarde con púas y cubitos de hielo
que deshacen la seguridad de los trenes.
Empezó una mañana,
todo gesto una dispensa de multitudes,
mientras hacía submarinismo en sus labios
y echaba gasolina sin plomo
en ese maldito coche que se para
en cada curva.
Llevaba mil doscientos libros al peso,
seiscientos en cada brazo.
y no encontraba las palabras
porque ya no eran
sino plomo derretido de toda la sed
y todos los acentos y todas las firmas
digitales de la Fábrica Nacional de Moneda
Y Timbre.
Certificado de deuda.
Le di una propina al chico de la moto.
Esta noche, sin ir más lejos.
Empezó una mañana.
Mucho antes de que supieras
lo que era una mañana.
Después de todo, en la intersección
del fui y las alas de la nieve.

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